En la isla de Tenerife, dentro del archipiélago canario, a no muchos kilómetros del continente africano, emerge la montaña más alta de España coronada por un pico de 3.718 metros. Hablamos del Teide, actualmente designado como parque nacional y caracterizado por su naturaleza volcánica.
Pero no solo en esos 3.718 metros lo volcánico hace su presencia, en la línea de mar los vestigios del Teide también aportan a Tenerife sus características playas de arena negra.
El ascenso al Teide es transitable por carretera hasta La Rambleta donde se encuentra el teleférico. Durante el trayecto encontramos vistas como esta.
Parque Nacional del Teide
Una vez cogido el teleférico llegamos a una altitud de unos 3.500 metros, a solo unos 200 metros de la ansiada cima. Llegados a este punto podemos contemplar las vistas que ya son sorprendentes u optar por unos caminos entre los cuales se encuentra el de ascenso al Pico del Teide.
Ya aquí, la única opción si se desea alcanzar la cumbre es calzarse un equipo cómodo y subir a pie.
Cráter del volcán del Teide
Pese a la complicación de un escarpado camino en constante cuesta y una falta de oxígeno en ascenso, se pueden contemplar diversos paisajes como el lugar que ocupaba el cráter del volcán.
En esta etapa se pueden notar vientos de azufre provenientes de la actividad de la montaña.
Visitantes alcanzando la cima del Teide
Vistas del Teide desde su cima
Coronando los 3.718 metros, y si las nubes lo permiten, podremos apreciar la isla de Tenerife desde las alturas así como algunas otras islas del archipiélago como por ejemplo La Gomera, La Palma o El Hierro.
En caso de encontrar nubes también es precioso contemplar esa masa blanca, como de algodón, que te hace sentir como en otra dimensión, como en otro mundo, un mundo a casi 4.000 metros sobre la vida terrestre.
La Gomera vista desde el Pico del Teide (3.718 mt)
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